viernes, 23 de marzo de 2012

La escuela que nos dejaron

Sí, la que nos dejaron o -mejor dicho- la que nos dejan construir...Porque no crean que somos los docentes los que decidimos cambiar los programas de estudios, o la carga horaria o el régimen de inasistencias... No!! Todo eso "baja" directamente de las cabezas -increíbles cabezas- de nuestros funcionarios, que en la mayoría de los casos no han pisado un aula desde sus lejanas épocas de estudiantes., y -como es de suponer- no tienen la más mínima idea de lo que significa enseñar algo hoy. No saben, no conocen la realidad de los alumnos y alumnas -que importará aclarar o no el asunto del género, si después la igualdad tan mentada termina malentendida...- ni están al tanto de las dificultades concretas que los docentes debemos enfrentar día a día en la tarea escolar.
En una escuela donde la palabra INCLUSIÓN vale más que el APRENDIZAJE, donde todo está permitido, para que el alumno permanezca -incluso contra sí mismo- aunque eso implique poner en riesgo físico o psicológico a sus compañeros y profesores.
¿Qué hacer frente a este panorama?
Yo elijo, enarbolar -como modernos Quijotes- la bandera del idealismo. Sólo los optimistas pueden trabajar en Educación, sólo los que sientan que un futuro mejor es posible.